No soy (muy) aficionado a los espectáculos masivos, pero los grandes conciertos siguen siendo los eventos populares clave que marcan la agenda cultural de las ciudades (que son los nuevos Estados tal como sostiene Richard Florida)
En estos eventos suele ser habitual la presión por conseguir entradas (tickets) cuanto antes, por la sensación de que en efecto se agotan en horas, sobre todo con los dinosaurios del rock. Como no analicé estos eventos mucho, siempre pensé que se debía al incremento de la demanda
pero la reciente aprobación por el Congreso de los US de la BOTS Act o ley para una mejor venta de los tickets online, demuestra que la compra masiva de entradas usando bots es una práctica generalizada que repercute en el precio final que paga un fan (real) por la compra de una entrada para su artista favorito (hasta un 49% de media)
la compra de entradas para reventa es una práctica tan antigua como el teatro mismo, pero el uso de Bots le añadió una dimensión nueva con la práctica de usar programas de software que burlan los sistemas de seguridad de las webs de venta de tickets y que permiten por ejemplo comprar cientos de entradas usando diferentes IP o pasar los CAPTCHA con respuestas compradas en el mercado negro!
a partir de ahora, de hecho cuando lo firme el saliente Obama, será un delito federal (perseguible en todo el país) burlar los sistemas de limitación de venta de entradas, lo que a priori reducirá la especulación ya que muchos ahora evaluarán si merece la pena ir a la carcel por comprar 1000 entradas de Bieber
Aun así, no creo que esta BOTS Act acabe del todo con la reventa especulativa de entradas, ya que las propias organizaciones de eventos suelen poner en venta libre un número reducido de tickets respecto al aforo total, lo que es además una estrategia que incrementa el deseo de acudir al concierto y permite que por ejemplo el precio de ver a Sir Paul McCartney no baje de los 142 dólares (135 Euros)
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